domingo, octubre 01, 2006

LA NUEVA ESTRATEGIA IMPERIALISTA DE EE.UU.

By / Por: Michael KLARE


Las verdaderas razones de George Bush

Desde el momento de su toma de posesión, el presidente de EE.UU. se ha volcado en dos prioridades estratégicas: la modernización y el desarrollo de las competencias militares de Estados Unidos y la adquisición de reservas petroleras adicionales a partir de fuentes extranjeras. Estos dos objetivos, pese a tener orígenes distintos, se han fusionado con la guerra "antiterrorista" para conformar la estrategia coherente que dirige en la actualidad la política exterior de los estadounidenses. La nueva estrategia no ha originado una declaración de principios ni parece que Washington la haya formulado de forma explícita.

Es patente, sin embargo, que las tres prioridades, en conjunto, han modificado profundamente la práctica militar estadounidense. El análisis de algunas iniciativas recientes de este país nos permitirá comprender la naturaleza de dicha revolución. Irak y el Golfo Árabe. Parece indiscutible que la Administración Bush prepara una invasión en Irak con el objetivo de derrocar a Sadam Husein y establecer en Bagdad un Gobierno pro estadounidense. Para preparar dicha operación, el departamento de Defensa refuerza su presencia militar en la región del Golfo. El objetivo declarado de esta próxima invasión sería el de destruir la capacidad de Irak en cuanto a producción de armas nucleares, químicas o bacteriológicas. Es evidente, no obstante, que Washington está dispuesto a eliminar toda amenaza que se cierna sobre la producción y el transporte de petróleo en la región. Según los estrategas estadounidenses, se trata asimismo de asegurar la disponibilidad de las amplias reservas petroleras iraquíes, es decir que no caigan bajo el control exclusivo de las empresas petroleras rusas, chinas o europeas. Asia Central y Cáucaso. Cuando, después del 11 de septiembre, se desplegaron en la región las fuerzas estadounidenses, su única finalidad –-la que confesaron entonces- era la de apoyar las operaciones militares dirigidas contra los talibánes en Afganistán.

Aunque los talibánes fueron vencidos, parece que las fuerzas militares seguirán en la región para llevar a cabo otra misión. Consistirá probablemente –EE.UU. ha decidido acceder a las amplias reservas energéticas de la cuenca del mar Caspio- en proteger la conducción del petróleo y del gas destinados a los mercados occidentales. Hipótesis que apoya el envío de instructores militares a Georgia, fase clave del oleoducto que une el mar Caspio y el mar Negro al Mediterráneo, así como la decisión estadounidense de una base aérea en Kazajstán, a orillas del Caspio. Colombia. Hasta hace poco, el supuesto objeto del compromiso militar estadounidense en Colombia era la lucha contra el tráfico de estupefacientes. En los últimos meses, la Casa Blanca ha añadido dos nuevas metas al programa de asistencia militar EE.UU.: combatir la violencia política y el "terrorismo" practicados por la guerrilla y proteger los oleoductos que transportan el petróleo de los yacimientos interiores hasta las refinerías situadas en la costa. Para financiar estas nuevas prioridades, la Administración de Bush pidió al Congreso que votara un aumento de la ayuda militar a Bogotá, 100 millones de dólares de los cuales iban a destinarse específicamente a la protección de los oleoductos.

Encontramos en estos ejemplos, y en otros en todo el mundo, las tres grandes prioridades enunciadas anteriormente. Pero lo que llama la atención es su fusión en una sola estrategia. A partir de aquí resulta imposible comprender la dirección global de la política exterior estadounidense sin tener en cuenta las implicaciones de esta integración. Para hacerlo, es necesario examinar por separado estas tres prioridades y luego analizar la forma en que se combinan. UNA PRIORIDAD ABSOLUTA DE BUSH Este objetivo, definido por el candidato George Bush durante su campaña presidencial, se ha convertido posteriormente en una prioridad absoluta de Gobierno. En un discurso clave, pronunciado en Citadel (una prestigiosa escuela militar situada en Carleston, en Carolina del Sur), Bush explicó, en septiembre de 1999, cómo contaba llevar a cabo la "transformación" de los objetivos militares estadounidenses. Después de haber afirmado que la Administración de Clinton no había conseguido ajustar los programas militares a las nuevas realidades de la posguerra fría, el candidato republicano se comprometió a efectuar una nueva valoración completa de la estrategia de estados Unidos a fin de "empezar a forjar el ejército del siglo que viene".

Esta transformación del ejército tendrá dos objetivos principales: en primer lugar, asegurar la invulnerabilidad del territorio, mediante la construcción de un escudo antimisiles, preservando la superioridad estadounidense en el campo de las armas avanzadas; seguidamente el desarrollo de la capacidad de EE.UU. para invadir ciertas potencias regionales hostiles como Irak, Irak o Corea del Norte. Bush garantizó, pues, su apoyo a la puesta a punto de un escudo antimisiles que proteja los cincuenta estados de EE.UU., así como a la "revolución del pensamiento militar", que tiende a sistematizar la utilización del ordenador, de sensores perfeccionados, de materiales "furtivos" y otras tecnologías avanzadas en los campos de batalla. Según el presidente, esta política asegurará la supremacía estadounidense "a largo plazo". En el marco del segundo objetivo, Bush formuló el deseo de desarrollar la capacidad de EE.UU. para "proyectar el poderío": en otras palabras, la capacidad de desplegar en territorios lejanos unas fuerzas potentes, capaces de triunfar ante cualquier adversario. Una ambición de esta índole exige la adquisición de nuevos equipos, como los sensores avanzados y aviones sin piloto, pero también la reducción del tamaño de las unidades que agilice su despliegue.

Bush explicó: "Nuestras fuerzas armadas tendrán que ser móviles, mortíferas y fáciles de desplegar con un mínimo apoyo logístico. Hemos de ser capaces de proyectar nuestra potencia a muy larga distancia, mejor en unos días o en unas semanas que en unos meses. En tierra, nuestras unidades pesadas deben ganar movilidad; nuestras unidades ligeras, capacidad mortífera. Todas tienen que ser más fáciles de desplegar". Inmediatamente después de su toma de posesión, Bush ordenó al ministro de Defensa que empezara a poner en práctica sus disposiciones. "A petición mía, el ministro de Defensa Donald H. Rumsfeld inició un detenido estudio de las fuerzas armadas estadounidenses", declaró el presidente a comienzos del año 2001. "Le concedo toda la libertad para cuestionar es statu quo para concebir mejor la nueva estructura destinada a defender EE.UU. y sus aliados". Esta nueva estructura ha de basarse en gran medida en las nuevas tecnologías, pero su orientación principal sigue siendo la capacidad de proyectar rápidamente el poderío militar. Prosiguiendo con los términos del discurso pronunciado en Citadel, Bush estima que las fuerzas terrestres estadounidenses serán "más móviles y más mortíferas"; las fuerzas aéreas, "capaces de golpear los objetivos lejanos con una precisión absoluta" y que las fuerzas navales podrán "proyectar nuestro poder muy lejos en tierra firme". UNAS FUERZAS ARMADAS QUE GOLPEAN DE FORMA DEVASTADORA Estos objetivos determinan a partir de este momento las orientaciones presupuestarias del Pentágono a largo plazo. Así pues, en la presentación del presupuesto de defensa para el año fiscal 2003 (comienza el 1 de octubre del año precedente), que se eleva a 379.000 millones de dólares (un aumento de 45.000 millones con respecto a 2002), Rumsfeld declaró: "Necesitamos unas fuerzas armadas de rápido despliegue y totalmente integradas entre sí, capaces de llegar con rapidez a los campos de batalla lejanos y cooperar con nuestras fuerzas aéreas y navales para golpear a nuestros adversarios con prontitud, precisión y de forma devastadora". Y aunque se asignarán efectivamente unos medios adicionales al escudo antimisiles y a la lucha contra el terrorismo, en realidad es la capacidad de proyectar la potencia militar la que definirá las inversiones y la organización de las fuerzas armadas en los próximos años.

Después del 11 de septiembre, ha hecho su aparición un nuevo concepto en el pensamiento estratégico estadounidense: la idea según la cual EE.UU. debe poder emplear la fuerza de forma preventiva contra potencias hostiles susceptibles de utilizar armas de destrucción masiva. La Casa Blanca afirma, en efecto, que podría demostrarse la necesidad de unos ataques preventivos para defender a los ciudadanos estadounidenses frente a la amenaza que representan los "estados malhechores". Si para todo el mundo es evidente que una afirmación como esta constituye un cambio radical en la estrategia americana, también es cierto que coincide del todo con los otros dos objetivos de la Administración: asegurar la invulnerabilidad de Estados Unidos y desarrollar su capacidad para invadir y someter a potencias hostiles. La segunda prioridad de la Administración –adquisición de nuevas reservas de petróleo de países extranjeros-se detalló por primera vez en un informe del Natioinal Energy Plicy Development Group, publicado el 17 de mayo de 2001. Este documento, redactado por el vicepresidente Richard Chney, establece una estrategia destinada a responder al aumento de las necesidades en cuanto a petróleo de EE.UU. durante los próximos veinte años. Aunque el informe menciona ciertas medidas destinadas a economizar energía, la mayor parte de propuestas que contiene apuntan hacia el aumento de las reservas energéticas estadounidenses.

Desde el momento de su publicación, el informe Cheney desencadenó una doble polémica. De entrada, porque recomienda el establecimiento de torres de perforación en el parque nacional de Alaska, pero también porque sus autores tuvieron contactos previos con Enron, hoy en quiebra. Esta polémica ha ayudado a silenciar otros aspectos del informe, en especial aquellos que conciernen a las verdaderas implicaciones internacionales de esta nueva política energética. Sólo aparecen de forma clara en el último capítulo ("Afianzar las alianzas globales"), que pretende remediar la penuria inminente de petróleo aumentando las importaciones. Según el informe, la dependencia estadounidense respecto al petróleo extranjero habría de pasar del 52% del consumo total de 2001 al 66% en 2020. Al aumentar también el consumo total, EE.UU. deberá importar, en 2020, un 60% más de petróleo que en la actualidad, pasando así de 10,4 millones de barriles diarios a unos 16.7 millones. Sólo podrían conseguirlo si convencieran a sus proveedores extranjeros para que incrementaran su producción y vendieran más cantidad de crudo a EE.UU. DOS OBJETIVOS PRIORITARIOS De todas formas, la mayoría de países productores no disponen de los recursos económicos necesarios para el desarrollo de sus infraestructuras petroleras o bien no están dispuestos a permitir que unos clientes americanos dominen su producción energética. Consciente de este extremo, el informe recomienda a la Casa Blanca convertir el desarrollo de las importaciones petroleras en "una prioridad de nuestra política comercial y exterior". A fin de responder a las necesidades del país, el informe aconseja en especial a la Administración que se concentre en dos objetivos.

El primero consistente en aumentar las importaciones procedentes de los países del Golfo Arabe, que poseen alrededor de dos terceras partes de las reservas energéticas mundiales. Puesto que no existe otra región en el mundo que pueda aumentar su producción con tanta rapidez, el informe recomienda llevar a cabo unos enérgicos esfuerzos diplomáticos encaminados a convencer a Arabia Saudí y a sus vecinos para que dejen en manos de las empresas estadounidenses la responsabilidad de llevar a cabo importantes trabajos de modernización de sus infraestructuras. Segundo objetivo: aumentar la "diversidad" geográfica de las importaciones de Estados Unidos, a fin de reducir las consecuencias económicas de los futuros sobresaltos de una región crónicamente inestable. "La concentración de la producción petrolera en una sola región del mundo puede contribuir a la inestabilidad del mercado", precisa el informe. Por consiguiente, "la diversificación de las fuerzas de abastecimiento tiene una importancia capital". Para promoverla, el informe sugiere una estrecha colaboración con las empresas estadounidenses del sector energético, destinada a aumentar las importaciones a partir de la cuenca del mar Caspio (especialmente de Azerbaiyán y de Kazajstán), del África subsahariana (Angola y Nigeria) y de América Latina (Colombia, México y Venezuela). Pero el informe Cheney olvida precisar lo que todo lector, por poco informado que esté, debe concluir a la fuerza: todas las regiones señaladas como posibles fuentes de petróleo son inestables o mantienen fuertes sentimientos antiamericanos, cuando no se dan ambas condiciones a la vez.

Pese a que determinadas partes de las elites de estas regiones se muestran favorables al desarrollo de la colaboración económica con Estados Unidos, otros sectores de la población rechazan a menudo esta idea, por cuestiones de nacionalismos o por razones económicas o ideológicas. Por tanto, las tentativas estadounidenses encaminadas a comprar más petróleo a estos países corren el riesgo de encontrarse con distintas formas de resistencia, que podrán llegar hasta el terrorismo u otro tipo de violencia. Por tanto, el informe implica unas consecuencias relativas a la seguridad que tienen una importancia considerable respecto a la estrategia internacional de Estados Unidos.

Article File / Ficha del Artículo
Title: / Título: Las verdaderas razones de George Bush
Language: / Idioma: Spanish / Español
Author: / Autor: Michael KLARE

PACHAMAMA : AMOR A NUESTRA TIERRA

Pachamama, Madre Tierra

Pachamama da vida a la humanidad, ella es divinidad sublime en nuestro mundo. La Pachamama nos enseñó a amar todo incondicionalmente.
Ella nos mostró que el trabajo es una de las virtudes supremas, porque si construimos con amor en nuestro trabajo, seremos sagrados.

Pachamama nos dio estas enseñanzas de vida para ayudarnos a crecer. Ella nos dio el MUNAY (AMOR), el LLANK'AY (TRABAJO) y el YACHAY (SABIDURIA). El hombre no necesita otros mandamientos o leyes, porque MUNAY (AMOR) nos hace concientes de lo que es TRABAJO/SERVICIO, lo que debería ser el deseo de cada ser humano, ya que el sentido de SERVICIO es la conciencia de reciprocidad o TRABAJO (LLANK'AY)... Y puedes estar seguro que AMOR Y TRABAJO, nos llevara a un estado de conciencia superior de SABIDURIA (YACHAY)

Los invasores que usurparon nuestras tierras crearon para nosotros leyes y preceptos de la vida que eran totalmente en contradicción con los mas altos principios de comunidad y respeto por la tierra en el que el hombre andino vivió. Ellos introdujeron a nuestra historia las siguientes tres leyes: Ama Sua, Ama Llulla, Ama Quella - No seas ladrón, no seas mentiroso, no seas ocioso
Una ley, un mandamiento o precepto es creado para que un grupo social pueda erradicar algo malo; para que los males y faltas de una sociedad puedan ser controladas y chequeadas, etc. Si la gente esta constantemente peleando o en conflicto con sus hermanos y vecinos, debería enseñárseles a amar entre ellos como si fuera su propio dios! Si la gente vive en esclavitud, conflicto eterno, miedo y remordimiento, debería enseñárseles a no matar y a no odiar a los extraños...La lista de leyes que son necesarias para una sociedad en la que la gente vive eternamente en forma individualista y en conflicto podría ser larga. La mas grande falla en esa forma de vida empieza con el rechazo al mundo natural y poco respeto a la Tierra que les dio vida.

Que razón tendríamos de enseñar a una muy desarrollada sociedad como lo fue la cultura andina de NO ROBAR, cuando esta sociedad sabe que TODO pertenece a PACHAMAMA. Esta sociedad esta viviendo bajo el principio de vida en comunidad, representada en TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS. Esta sociedad vive bajo el principio de SERVIVIO, de HOY POR TI, MAÑANA POR MI. Que necesidad hay para robar en una sociedad en el que el principio de comunidad establece que el niño que nace tendrá su propia tierra para trabajarla? Que necesidad hay para robar en una sociedad en el que el concepto de morir de hambre no fue posible ni tampoco permisible, debido a que la distribución y preservación de alimentos alcanzo niveles de organización insuperables? QUE NECESIDAD HAY PARA ROBAR! QUE NECESIDAD HAY PARA ROBAR!

Por que una sociedad tan desarrollada tendría que mentir y desconfiar? en pueblos donde la mayoría de casas ni siquiera tenían una puerta estable, y menos con sistema de seguridad, por que habría la necesidad de mentir? Por que, si esa acción no nos ayuda a crecer espiritualmente?
Y digan, como podemos decir NO SEAS OCIOSO, a una sociedad que construyo toda su grandeza, piedra por piedra, a esta sociedad que sabe que es solamente por medio de su trabajo que sobrevivirá y sera grandiosa?

Los españoles tuvieron que de alguna manera legitimizar todos los ROBOS, MENTIRAS Y OCIOCIDAD, que ellos cometieron y por lo que fueron responsables en estas tierras.
También sabemos que Pachamama es la madre de toda purificación, limpieza y perdón. Hemos empezado una nueva era, y en esta era de luz, todos hermanos y hermanas son bienvenidos. Permitamos que Wiraqocha toque nuestro Sol interno para que durante este proceso de crecimiento de nuestra conciencia de amor interno, seamos hombres y mujeres de esta nueva era.
Fuente: El Despertar del Puma por James Arévalo