viernes, enero 12, 2007

CRECE EL RASGO FASCISTA DEL REGIMEN DERECHISTA APRO-FUJIMORISTA

Perú: En Blanco y Negro
¿A dónde vamos?
Por: Carlos Angulo Rivas (NUESTRA AMERICA) (Fecha publicación:11/01/2007)
Información Adicional
Tema: Situación en Perú
País/es: Perú


Al más puro estilo fascista 'miente y miente que algo queda' Alan García asume como política de Estado la patraña y la demagogia ante un pueblo a la expectativa.

La agitación de ultraderecha encabezada por palacio de gobierno y seguida por los medios de comunicación empresarial continúa contra las organizaciones del pueblo y toda oposición democrática con la clara visión de destruirlas.

El accionar agitador y provocador contra la justicia no tiene precedentes en la historia del país y conlleva, desgraciadamente, los ingredientes del fanatismo y la intolerancia de enfrentar a los peruanos en un afán de someterlos a la política oficial de la 'autoridad' compulsiva de la represión.

En esta pelea antidemocrática, cuyo significado es desgobernar el país y causar el caos, 'todo vale' como señala el diario El Comercio. Aunque con este lema palaciego no creemos que el agitador subversivo llegue muy lejos destruyendo el país como lo hizo en el período 1985-1990.

La enorme mentira de ayer, anunciando dramáticamente preocupado que 'le acababa de llegar' una nueva sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos 'que nos obliga a pagar a los deudos de otro terrorista sentenciado 200 mil dólares adicionales' fue el punto culminante de la agitación política insensata en boca de cualquier hombre público encargado de administrar el Estado.

Y lo fue porque la supuesta nueva sentencia es de abril del año pasado y es un caso de justicia comprobada puesto que el campesino Bernabé Baldeón García, de 68 años, fue detenido en 1990 por el Ejército y devuelto a su familia muerto.

Como se sabe, la abogada de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh), Gloria Cano, vio el caso ante la corte, comprobando que las fuerzas del orden mencionaron que Baldeón sufrió un infarto, pero la exhumación del cadáver determinó que había sido torturado, presentando entre otros traumas físicos, las costillas rotas.

En consecuencia, Alan García tachó de terrorista a quien no lo era y aludió a que prácticamente se venía un huaico de sentencias de la CIDH porque 'hay 1.208 sentencias en camino por las cuales podemos ser condenados, porque el gobierno anterior se allanó a todo; es decir, le dio razón a los denunciantes.

Podemos ser condenados a pagar cientos o quizá miles de millones de dólares'. ¿Quién puede creerle? Que buen cuidador de los dineros del pueblo es cuando se trata de pagar indemnizaciones a las familias pobres de las víctimas y que buen gastador y ladrón cuando se trata de llenar sus bolsillos y los de sus secuaces.

Como se observa, nuevamente el casi convicto ladrón y genocida García Pérez, habida cuenta de los innumerables crímenes cometidos por él en su primer gobierno, quiere a toda costa evadir la justicia imparcial de una Corte no sujeta a la corrupción y la inmoralidad ni a la manipulación política como ocurriría de someter los juicios al poder judicial peruano.

¿A qué juega Alan García con sus poses y calculadas 'indignaciones?

Pues la respuesta es muy simple. Como gobernante de la derecha y para la derecha nacional e internacional, su papel es el de imponer un régimen fascista como el de Alvaro Uribe en Colombia y los paramilitares financiados por la Casa Blanca, bajo manga, por el llamado Plan Colombia.

Naturalmente un régimen fascista con el propósito de defender el abuso y la expoliación del país por parte de las empresas transnacionales mineras y de servicios que no pagan impuestos ni regalías ni nada, bajo el engaño de 'atraer las inversiones y los inversionistas'.

De allí que Alan García no cumple ni cumplirá las numerosas promesas electorales que sólo le sirvieron para engañar y ganar votos. Estemos atentos porque en apenas seis meses, en palacio, tenemos a un farsante muy peligroso de profundas raíces fascistas, pongámoslo en la cuenta de los verdugos para combatirlo desde la base social y con todas las fuerzas organizadas.